Una vez capada la era Porsche, los hermanos Vallejo comenzaban un nuevo capítulo en su extensa carrera deportiva. Sergio y Diego se hacían con un Citroën DS3 R5 auspiciado por Sports&You para decir adiós a una era ligada a la marca de Stuttgart. Al tran trán y sin hacer mucho ruido son quintos en la general del CERA y en su haber tienen cuatro podios de cuatro posibles en el apartado FIA: dos segundos y dos primeros.
Cristian ganó… Ares segundo y Burgo tercero… ¡ah, mira! Y Vallejo primero en el apartado FIA.
Se está convirtiendo en una costumbre. Puede que a los hermanos de Meira no les haya sentado tan bien como se preveía el cambio de montura pero están aprobando este inicio de etapa. Como Jonathan Pérez, han sabido leer el reglamento con inteligencia de cara a sus patrocinadores y de cara a sus intereses. Quizá un Porsche bridado no interesaba tanto como un Citroën, que suponía un cambio de aires y un impulso a la categoría FIA además de un nuevo atractivo para los patrocinadores.
Y están sabiendo leer también el transcurso de la temporada. Llegaron tarde, después de las dos citas insulares – de las cuales una, Canarias, puntuaba doble -, pero la fiabilidad está siendo, como ocurre con el mundialista Dani Sordo (segundo actualmente en el WRC), el punto a favor más importante. Pese a ese hándicap negativo de haberse perdido dos citas son quintos y han remontado mucho trecho a Pérez, líder de los vehículos FIA.
Quizá sea ese el secreto del éxito. Pese a la discreción con la que está transcurriendo el año no dejan de aparecer en todas las redes sociales. El diseño del coche, muy fotogénico, ayuda a que los fotógrafos se recreen con él; la condición de vehículo FIA en un campeonato cuya reglamentación es un batiburrillo de homologaciones le resalta al llegar a meta y mirar las clasificaciones; insistir una y otra vez en ello, en que son los primeros del grupo FIA, les coloca en el foco de quienes le apoyan y de quienes hacen no; en definitiva, están sabiendo trabajar con todas las armas que tienen.
El futuro, incertidumbre.
Si bien ese es el presente, el futuro es totalmente incierto. Estamos traspasando el ecuador del año, cierto, pero en unas declaraciones recientes al medio Revista Scratch no han dejado claro si van a seguir o no. Lo que sí estará, dicen, será el Citroën DS3 R5, ya sea en sus manos o en manos de otro piloto. Sea como fuere lo estará, según parece, con unas prestaciones y unos reglajes mucho mejores que los de ahora.
Y es que los hermanos Vallejo nos tienen acostumbrados a la duda. Su continuidad en el nacional de asfalto desde hace algunos años camina en la cuerda floja. El presupuesto y las opciones de vehículos suponen una problemática mayúscula no sólo para la pareja gallega sino para cualquier piloto. Quizá la única forma de subsanar la temporada venidera sea cambiar definitivamente a un reglamento puramente FIA, aunque ello suponga echar el cerrojo a los N5 (Maxy Rally) y a los N+.
Ocurra lo que ocurra es el momento de seguir disfrutando de Sergio y de Diego. El tiempo ya dirá. De momento lucharán por ser primeros del apartado FIA.