El irlandés marchaba en novena posición de la general con su Ford Fiesta RS WRC privado antes de que un fuerte aterrizaje después de un rasante del tramo de Ruuhimaki le obligase a abandonar la prueba el último día con fuertes dolores.
Breen recibió el visto bueno para volar a su casa de Irlanda ayer (lunes), después de someterse a un chequeo por un equipo médico finlandez, y proseguirá su recuperación en casa antes de que lo vea un especialista la próxima semana. Aunque lleva un aparato ortopédico para apoyar y proteger su lesión de espalda, el piloto irlandés, de 24 años, tiene ya la vista puesta en la próxima cita del WRC, el Rallye de Alemania (21-24 de agosto), donde espera poder completar su programa de dos pruebas en el WRC.
“Lucharé contra viento y marea, quiero ir a Alemania y correr allí”, señalo Breen a la web oficial del campeonato del mundo. “Asegurándome de que no haya riesgos de inmovilizarme, estaré allí. Quiero correr y haré lo que pueda para estar allí.”
Las ganas de Breen por llegar a la salida del Rallye de Alemania se han visto impulsadas por una reducción significativa del dolor que sintió el domingo en la parte superior de su espalda. “Aún no estamos seguros de lo que es, pero el dolor ha disminuido considerablemente desde que se produjo el impacto. Espero que eso sea una buena señal”, ha dicho Breen.
“No parece que haya nada roto. Hay algo ahí, pero solo tenemos que ir a ver a un especialista para comprobar lo que es exactamente. El indicador más importante es el dolor, y por ahora todo parece ir bien en ese sentido. Toco madera”.
Breen se siente motivado por su actuación en Finlandia y se tomó con filosofía la lesión que le obligó a abandonar la prueba.
“El rallye estaba yendo cada vez mejor”, ha dicho el piloto irlandés. “Iba cada vez más cerca de mis compañero en cada tramo, y tenía muchas ganas de que llegara la última etapa. Nos hubieran ido bien las cosas, pero a veces en los rallyes pueden pasar estas cosas”.
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